Human chorionic gonadotropin hCG 5000iu
Gonadotropina Coriónica Humana (hCG) – Ficha Científica
Mecanismo de acción
La gonadotropina coriónica humana (hCG) es una hormona glucoproteica producida durante el embarazo por el trofoblasto placentario. Estructuralmente y funcionalmente es muy similar a la hormona luteinizante (LH) de la hipófisis: ambas comparten la subunidad alfa y difieren levemente en la subunidad beta, lo que permite que hCG se una al receptor de LH/CG y lo active. Al administrarse, la hCG imita la acción de la LH endógena: en mujeres, estimula en el ovario la ovulación y la producción de progesterona por el cuerpo lúteo; en hombres, actúa sobre las células de Leydig del testículo para aumentar la síntesis de testosterona. La hCG tiene una semivida más prolongada que la LH (≈24–36 horas vs. 20 min de LH), lo que le confiere un efecto estimulador sostenido sobre las gónadas. Gracias a ello, una inyección de hCG puede desencadenar la maduración final del folículo ovárico (evento análogo al “pico de LH”) o restablecer la producción de testosterona intratesticular en situaciones de hipogonadismo hipogonadotrópico. En resumen, la hCG “reemplaza” la señal de LH en el organismo, manteniendo la función gonadal (esteroidogénesis y gametogénesis) cuando la LH endógena es deficiente o está suprimida.
Usos clínicos o terapéuticos
La hCG es ampliamente utilizada en medicina reproductiva. En mujeres, se administra en tratamientos de fertilidad para inducir la ovulación en protocolos de reproducción asistida: una dosis de hCG simula el pico natural de LH y provoca la liberación del ovocito maduro. También se emplea después de la ovulación para sostener la fase lútea, apoyando la producción de progesterona necesaria para la implantación. En hombres, la hCG es un pilar terapéutico en el hipogonadismo hipogonadotrópico (p. ej., insuficiencia de gonadotropinas pituitarias): su administración periódica estimula la producción de testosterona y puede reactivar la espermatogénesis, mejorando la fertilidad masculina. De hecho, suele utilizarse en protocolos de inducción espermatogénica y en varones con infertilidad secundaria al uso de esteroides anabólicos, con resultados favorables en la recuperación de la cuenta de espermatozoides. En pediatría, la hCG es parte del manejo del criptorquidismo (testículo no descendido): se administra para favorecer el descenso testicular en niños pequeños, gracias a que estimula la producción local de andrógenos que promueven el descenso. Fuera del campo reproductivo, la hCG tuvo popularidad en dietas de adelgazamiento (la “dieta hCG”), pero ensayos clínicos han demostrado que el adelgazamiento logrado se debe únicamente a la restricción calórica severa, no a la hormona, por lo que su uso para bajar de peso se considera ineficaz y potencialmente riesgoso. En el dopaje deportivo, la hCG ha sido aprovechada principalmente por atletas varones. Dado que los esteroides anabólicos exógenos suprimen el eje hipotálamo-hipófiso-gonadal (inhibiendo la LH endógena), muchos culturistas administran hCG durante o después del ciclo de esteroides para “reactivar” los testículos y mantener la producción de testosterona. Esto ayuda a prevenir la atrofia testicular y las caídas bruscas de testosterona al discontinuar los esteroides, facilitando la recuperación hormonal (post-cycle therapy). Debido a esta utilización, la Agencia Mundial Antidopaje prohíbe la hCG en competidores varones (pero no en mujeres). Cabe destacar que en mujeres la hCG no mejora el rendimiento deportivo y niveles altos pueden indicar un embarazo, de ahí que solo se considere dopaje en hombres.
Efectos secundarios o riesgos asociados
El tratamiento con hCG es relativamente seguro a dosis fisiológicas, pero en contextos de fertilidad o abuso puede conllevar efectos adversos importantes. En mujeres, la principal preocupación es el síndrome de hiperestimulación ovárica (OHSS, por sus siglas en inglés) cuando se utilizan gonadotropinas y hCG para inducir ovulación. El OHSS ocurre por una respuesta ovárica exagerada: los ovarios aumentan de tamaño y liberan mediadores que causan acumulación de líquido en abdomen y tórax. Los síntomas incluyen dolor pélvico intenso, distensión abdominal, náuseas, vómitos y ganancia de peso rápida; en casos severos puede haber trombosis o falla renal. Aunque infrecuente, es una complicación seria que requiere atención médica. En hombres, el aumento súbito de testosterona inducido por hCG puede ocasionar conversión excesiva a estrógenos (aromatización), lo que provoca ginecomastia (crecimiento de tejido mamario masculino). También pueden aparecer acné, piel grasosa y retención de líquidos, similares a efectos de pubertad, debido a la elevación hormonal. Tanto en hombres como mujeres, los cambios hormonales pueden producir alteraciones anímicas (irritabilidad, cambios de humor). Otros efectos reportados incluyen cefalea, fatiga y reacción en el sitio de la inyección. En mujeres prepuberes, la exposición a hCG exógena podría desencadenar caracteres sexuales secundarios prematuros (p. ej., vello corporal, profundización de la voz, menstruación temprana), por lo que su uso debe ser muy cuidadoso en pediatría. Un efecto colateral en varones jóvenes puede ser el agrandamiento testicular transitorio por la estimulación intensa de las gónadas. Adicionalmente, existe un riesgo (bajo pero documentado) de eventos tromboembólicos asociados al uso de hCG, en parte relacionado con el estado de hipercoagulabilidad que puede acompañar al OHSS. Como medida de seguridad, antes de iniciar terapia con hCG se descarta la presencia de tumores hormono-sensibles (por ejemplo, cáncer de próstata) que podrían exacerbarse con el incremento de testosterona. En resumen, aunque la hCG es bien tolerada en la mayoría de pacientes, su uso debe ser monitoreado por médicos, especialmente en tratamientos de fertilidad, para manejar oportunamente cualquier complicación.
Estudios científicos relevantes
La efectividad de la hCG en restaurar la función reproductiva masculina suprimida por esteroides anabólicos ha sido respaldada por estudios recientes. En 2025, Smit et al. llevaron a cabo un análisis retrospectivo de hombres que continuaban usando andrógenos no recetados (usuarios recreativos de esteroides) a los cuales se les administró hCG como estrategia de reducción de daños. Tras 3–6 meses de tratamiento con hCG, el conteo total de espermatozoides aumentó en la mayoría de los pacientes, pasando en promedio de ~18 millones a ~147 millones por eyaculado. La motilidad espermática total también mejoró sustancialmente. En términos prácticos, el porcentaje de hombres con recuentos espermáticos normales subió de 5% (antes) a 58% (después de hCG). Algunos individuos permanecieron oligospérmicos o azoospérmicos a pesar de la terapia, pero globalmente el estudio concluye que la hCG es efectiva para potenciar la espermatogénesis aun sin suspender completamente los esteroides. Este hallazgo apoya su inclusión cautelosa en programas de protección de la fertilidad en usuarios de esteroides, bajo supervisión médica. En cuanto a rendimiento deportivo, no hay evidencia de que la hCG per se mejore la fuerza o la resistencia. Su “beneficio” en dopaje deriva más bien de mantener niveles altos de testosterona endógena durante ciclos anabólicos. Estudios en varones sanos muestran que la hCG eleva la testosterona y puede aumentar transitoriamente la síntesis proteica muscular, pero no se han observado mejoras directas en desempeño físico medibles. En mujeres atletas, la administración de hCG no tendría efecto ergogénico (y su uso está permitido fuera del embarazo). Por otro lado, investigaciones en el campo antidopaje han establecido métodos de detección de hCG exógena: dado que los varones pueden tener pequeñas trazas de hCG pituitaria en sangre y orina, se definen valores umbral (10–25 UI/L en orina) por encima de los cuales se considera doping. Métodos modernos emplean inmunoensayos ultrasensibles y espectrometría de masas para distinguir la hCG exógena, incluyendo sus fragmentos beta, optimizando así el control antidopaje. En resumen, la literatura científica respalda el uso de hCG en medicina reproductiva (con tasas de éxito elevadas en inducción de ovulación y tratamiento de la infertilidad masculina) y documenta su abuso en el deporte, subrayando a la vez los riesgos de sus efectos adversos en contextos no terapéuticos.
Referencias - Gonadotropina Coriónica Humana (hCG)
1. PMC – Gonadotropins in doping: pharmacological basis and detection of illicit use.
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC2439513/
2. Cleveland Clinic – HCG Injection (Human Chorionic Gonadotropin): Uses & Side Effects.
https://my.clevelandclinic.org/health/drugs/18559-human-chorionic-gonadotropin-hcg-injection
3. PubMed – Efficacy of hCG in restoring spermatogenesis in men using non-prescribed androgens.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/40620361/